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La firma del Acuerdo de Paz, el 24 de noviembre de 2016, marcó un antes y un después en el camino hacia el fin del conflicto en el país. Sin embargo, la búsqueda de una paz definitiva sigue siendo un desafío debido a la persistencia de la violencia.
Recientemente, el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) informó que desde la firma del Acuerdo, más de 1,5 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse como consecuencia del recrudecimiento del conflicto.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, manifestó durante el acto de conmemoración de la firma de la paz, celebrado el 21 de noviembre, que la implementación del acuerdo se encuentra a “medio cumplir”.
Expertos consultados por la Voz de América afirman que, en estos ocho años de implementación, el acuerdo enfrenta dificultades por la falta de garantías de seguridad para los excombatientes y líderes sociales, lo que sigue siendo una deuda pendiente.
“El espíritu del acuerdo está sumamente golpeado en estos ocho años pues se han asesinado 430 firmantes de paz, porque si asesinan a una porción importante que firmó el acuerdo quiere decir que el Estado no es capaz de proteger la vida de quienes acuden a él para hacer la paz”, explicó a la VOA Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares).