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Desde que Fray Marcos recibió el pin de la inmunidad, parece otra persona, al menos eso es lo que dicen sus compañeros de concurso. Después de aquel bajón que casi le hace abandonar MasterChef, ahora está más animado que nunca, afronta las pruebas con otro ánimo, más motivado y, sobre todo, más seguro de sí mismo. ¿Será el poder del pin? En el último programa fue elegido capitán de uno de los equipos en la prueba de exteriores y tuvo el privilegio de elegir al capitán del otro equipo. Conociéndole, podríamos pensar que elegiría a un aspirante de los más fuertes. Sin embargo, escogió a Luca, sorprendiendo con su decisión a compañeros y jueces también. Puede que estuviera influenciado por el entorno. La prueba tuvo lugar en Bacanal, el circo de los horrores, donde Fray Marcos no sentía del todo cómodo, pero se lo tomó con buen humor en todo momento. "Usted no ha escuchado al ángel, ha escuchado al demonio", aseguró Jordi Cruz.
También tuvo el privilegio de decidir el menú que elaboraría cada equipo, un menú diseñado por el chef y ganador de MasterChef 7, Aleix Puig, que está arrasando con su empresa de comida rápida. "Viendo que el rojo es más fácil, se lo concedo a mis compañeros", aseguró. Muchos sospecharon de su estrategia, ¿era realmente más fácil o simplemente era una maniobra de distracción? ¿Estaba siendo estratega Fray Marcos? Su decisión provocó los comentarios de sus compañeros. "Estás desatado", le dijo Eneko, miembro de su equipo. "Será un enviado de Dios, pero a la hora de competir parece abducido por el diablo", confesó Jorge Juan, integrante del otro equipo."¡Vamos gladiadores! ¡Rojos al rastrojo!", gritaba Fray Maros para animar a su equipo azul. A pesar de sus ganas, no fueron suficientes para sacar adelante el cocinado y tuvieron que enfrentarse a la prueba de expulsión.Igual que en la primera prueba, Fray Marcos llegó a la de expulsión igual de motivado y con la misma actitud. El reto de preparar un bocadillo sin pan le gustó, se vio capaz, además de que Álex le dio un producto muy familiar para él, la yuca. Por esas razones, decidió no entregar el pin, conservarlo y jugarse su plaza en MasterChef. "Es la quinta o la sexta vez que voy a eliminación y yo creo que te va curtiendo y vas entrando en la dinámica del concurso", aseguró. Tomó la mejor decisión, porque el suyo fue el mejor plato de la prueba.
REPORTO: JONATHAN CELIS