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La tensión creciente en Oriente Medio, agravada por el ataque de esta pasada madrugada de Israel contra Irán, se traslada a los precios del petróleo, que se han disparado poco después de conocerse la noticia. Si bien el efecto ha ido disipándose con el paso de las horas, los contratos de referencia del petróleo Brent subían más de tres dólares esta madrugada, hasta situarse por encima del umbral de los 90 dólares.
Una tendencia similar han seguido los futuros del West Texas Intermediate (WTI). El precio del barril ha llegado a rozar los 86 dólares, desde los 82,73 dólares a los que cerró ayer. Los analistas interpretan este movimiento al alza como un síntoma de aumento a la aversión al riesgo. Un contraataque iraní plantea "riesgos significativos de que el conflicto se amplíe a la región y podría poner en peligro algunos suministros de petróleo. Entretanto, los precios del petróleo podrían mantenerse firmes, ya que las tensiones seguirán acentuándose", ha pronosticado en declaraciones a Reuters Jun Rong Yeap, estratega de mercado de IG en Singapur.
Los mercados siguen de cerca la evolución del conflicto y reaccionan en función de cómo se van desarrollando los acontecimientos. Así, durante la última semana los precios han ido a la baja ante la percepción de que Israel actuaría de manera moderada tras la ofensiva lanzada contra su territorio el pasado fin de semana por Irán, miembro de la OPEP. En un primer momento, este último ataque ha hecho saltar las alarmas, si bien, tras trascender que su efecto ha sido limitado, la calma ha vuelto a las cotizaciones del mercado de futuros.
En este sentido, los analistas de Bankinter apuntan a que "afectará muy poco y servirá (positivamente) como de vacuna para el mercado, que se dará cuenta de que la evolución de la geoestrategia le permite desarrollarse casi con normalidad mientras no escale desproporcionadamente". Una lectura positiva que, no obstante, augura que la escalada de tensión "frustrará un viernes que debería haber sido ya de rebote de bolsas".
