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Años de desaceleración de la inflación en Venezuela están a punto de revertirse por la depreciación de la moneda, dijeron fuentes del sector privado y público, en momentos que el flujo de divisas es insuficiente para atender la demanda de las empresas y el gobierno ha mantenido en reserva su estrategia.
Tras cuatro años de hiperinflación, el gobierno del presidente Nicolás Maduro aplicó en 2022 una política ortodoxa para bajar los precios mediante la restricción del gasto público y del crédito, junto al anclaje del tipo de cambio, que ha llevado al Banco Central a vender a través de la banca miles de millones de dólares.
Maduro ha destacado que su gobierno derrotó la inflación de más de 100.000 %, y el índice de precios al consumidor de 2024 será similar al de hace una década.
Pero la política ahora cambia.
Por más de nueve meses el tipo de cambio estuvo en un promedio de 36,5 bolívares por dólar, hasta que a mediados de octubre la moneda local empezó a depreciarse y alcanzar las 45,7 unidades por dólar, según las cifras del emisor venezolano.
Según los analistas, la sobrevaluación de la moneda abarató las importaciones frente a los productos nacionales, lo que afectó al sector privado venezolano, que ha enfrentado una inflación de 12 % en nueve meses.
Con el deslizamiento de la tasa cambiaria, los precios en este último trimestre del año se acelerarán, agregaron las fuentes consultadas y analistas. Un reporte de LatinFocus estima que el tipo de cambio terminará el año en 50 bolívares.
Hasta septiembre la inflación interanual era de 25 %, según datos oficiales. La cifra oficial de octubre no se ha divulgado.