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Israel intensificó sus operaciones contra militantes de Hezbolá en el Líbano, atacando un barrio densamente poblado de Beirut, después de días de lanzar ataques aéreos contra los suburbios del sur de la capital libanesa controlados por el grupo extremista.
Al menos 22 personas murieron y 117 resultaron heridas en el ataque del jueves, según el Ministerio de Salud Pública del Líbano.
La Casa Blanca dijo que estaba discutiendo la campaña con los israelíes y reiteró su apoyo al derecho de Israel a defenderse.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo a la Voz de America durante una conferencia de prensa el jueves que las operaciones de Israel en el Líbano "son efectivamente dirigidas".
Jean-Pierre sostuvo que los objetivos de la administración de impedir que el Líbano se convierta en "otra Gaza" y apoyar los esfuerzos de Israel para desmantelar la infraestructura de Hezbolá, el representante de Irán en Líbano, no son contradictorios.
"Ambas cosas podrían ser ciertas y al mismo tiempo", dijo, subrayando la necesidad de un acuerdo de alto el fuego.
El Ejército israelí dijo el jueves que había matado a dos comandantes de Hezbolá en sus últimos ataques aéreos. Pero, al igual que su campaña en Gaza, la campaña militar de Israel en el Líbano se ha convertido en blanco de críticas internacionales.
"Demasiadas personas están pagando un precio inimaginable, con más de 2.000 muertos, muchos más heridos y cientos de miles de desplazados", dijo el miércoles la Coordinadora Especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert.
Muchos no están de acuerdo en que los ataques israelíes, que duran un año, sean de naturaleza quirúrgica y dicen que la administración Biden no ha hecho lo suficiente para evitar que la guerra de Gaza se extienda a otro frente en el Líbano.
