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La violencia creciente en muchos lugares del mundo está empeorando la vida de millones de menores, de acuerdo con cifras recientes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que a su vez insta a los países a "invertir" para prevenir, educar y brindar apoyo a las víctimas.
“Somos la primera generación plenamente consciente de la incidencia, las causas y los costes de la violencia contra la infancia, y la primera en conocer las soluciones que dan resultado”, afirmó Sheema SenGupta, Directora de Protección de la infancia de UNICEF.
“Si invertimos en medidas de prevención, en educación y en servicios de apoyo, podemos romper el ciclo de la violencia y construir un mundo en el que los niños y niñas estén seguros”, agregó.
En este contexto, la capital de Colombia, Bogotá, es sede entre jueves y viernes de la Conferencia Ministerial Mundial para poner fin a la violencia contra la infancia, a la que asisten supervivientes, activista y dirigentes encargados de impulsar políticas públicas.
Previo al evento de esta semana, UNICEF advirtió que la violencia contra la infancia –ya sea física, emocional o sexual– constituye una crisis mundial que se produce en los hogares, las escuelas, las comunidades y en internet.
"Sus efectos son graves y provocan lesiones, infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental como ansiedad y depresión, y la muerte", indicó el organismo de la ONU.
El texto afirma que la exposición a edades tempranas a cualquier forma de violencia puede causar un estrés tóxico que afecta al desarrollo del cerebro y genera agresividad, además de favorecer el abuso de sustancias y la aparición de conductas delictivas.
Estos efectos pueden incluso extenderse a la edad adulta, de acuerdo con los expertos de UNICEF.